Boantropia y Zoantropia: Trastornos Psicológicos y Tratamientos

La Boantropía y la Zoantropía son dos trastornos psicológicos que, aunque no son muy comunes, han aparecido a lo largo de la historia. De hecho, existen 60 casos documentados a lo largo de la historia del ser humano, aunque se teme que muchos más no hayan sido registrados.

El trastorno psicológico llamado Boantropía se basa en una persona que cree ser un bovino, una vaca o un toro. Y en el caso de la Zoantropía, las personas creen ser animales. Por eso, podría decirse que la segunda incluye a la primera.

Boantropía y Zoantropía: Causas

Aunque se desconocen las causas que pueden provocar estos padecimientos, en la Edad Media se creía que se trataba de una especie de posesión. En realidad, ahora se sabe que es un trastorno mental y que puede tener un tratamiento. Las investigaciones que se han realizado son muy escasas, debido a que no se pueden encontrar muchos casos en la actualidad, es por esto que ambos trastornos se han incluido dentro de la ezquizofrenia.

Observando las investigaciones realizadas en dos casos de zoantropía, podemos ver que se presentan deterioros en las partes del cerebro encargadas de la percepción sensorial. Puede observarse en específico que el hemisferio cerebral encargado de la propiocepción presenta alteraciones. Esto genera que estas personas no reconozcan dónde están situados sus músculos y tampoco logren entender su postura corporal.

Es por esto que las características principales de estas enfermedades psicológicas, sean comportarse de forma errática, como un animal, sin detectar cuáles son las posturas adecuadas de un ser humano. Las personas que presentan estos trastornos se comportan en su totalidad como animales y no se dan cuenta de que lo están haciendo.

Tratamientos

Dentro de los tratamientos disponibles para estos tipos de trastornos, sólo ha sido efectivo el correspondiente a la ezquizofrenia. No existe una cura específica, sino que el tratamiento se basa en numerosas píldoras que permiten a las personas tener una vida más o menos común. Es necesario indagar en las causas que han generado este deterioro, si se ha producido desde hace mucho tiempo o es algo nuevo, y cuáles son los factores que lo pueden haber desencadenado.

El seguimiento que puede hacer un psicólogo es muy importante. Debe ser acompañado por un psiquiatra que se encargue de entregar los medicamentos al paciente y, en los casos más agresivos, será necesaria la hospitalización hasta que la persona se encuentre mejor.

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