La violencia intrafamiliar es más común de lo que pensamos. En general afecta más a niños y mujeres, por parte de sus maridos. Las estadísticas muestran que es más común morir por violencia intrafamiliar, que de cáncer. Pero, ¿de qué se trata y qué consecuencias tiene?
Este tipo de maltrato es difícil de descubrir, debido a que las mujeres que lo sufren no lo denuncian ni hablan de esto con nadie. Esto se debe a que tienen vergüenza y además, este tipo de situaciones causa baja autoestima. Por lo tanto, estas mujeres no suelen hablar de estos hechos que han vivido.
Esto genera un círculo vicioso, en el que la maltratada no habla al respecto y sigue viviendo bajo este tipo de violencia y el maltratador, se abusa de la situación. En el caso de que tuvieran hijos, casi siempre es posible que también sufran algún tipo de violencia.
¿Cuáles son sus consecuencias?
En los niños, la violencia intrafamiliar puede generar retrasos a nivel madurativo y cognitivo, problemas de sueño, ansiedad, aislamiento social, baja autoestima y actitudes autodestructivas. Además, a nivel físico, puede traer problemas de alergias, dolor de cabeza, problemas intestinales y estomacales y trastornos en el comportamiento alimenticio.
En personas adultas, la violencia intrafamiliar puede causar retraimiento social, problemas psicológicos y ansiedad y estrés que puede derivar en ataques de pánico. A nivel físico, depende mucho del tipo de violencia que sufre la persona. En general, quedan las marcas en el cuerpo, como quemaduras, golpes, moretones, etc. Además, la persona deja de cuidarse a nivel alimenticio, y se lo ve descuidado, desprolijo y desnutrido.
Es muy importante que si conoces a una persona que puede estar sufriendo violencia intrafamiliar, intentes hablar con ella y comunicarte con un especialista. Los psicólogos pueden ayudar en este tipo de situaciones a que el individuo que sufre el maltrato, pueda hablar de ello y comience a alejarse del agresor.
¿Cómo son los agresores?
Es importante tener en cuenta que los agresores suelen tener estas características:
- Sentimiento de frustración, fracaso y resentimiento.
- Abuso de alcohol y otras sustancias.
- Baja autoestima que genera el no pedir ayuda.
- Son incapaces de ser felices con su familia porque piensan que no son correspondidos.
- Falta de confianza que deriva de problemas de autoestima propios.
Las personas violentas también deben acudir al psicólogo para poder modificar sus comportamientos.